Voto útil vs. Voto consciente

19.04.2013 16:08


 

La verdad es que yo no creo en este sistema electoral, así como funciona hoy. Para mi no tienen mucho sentido unas elecciones donde todo está pensado para que ganen los mismos, los que concentran el poder desde siempre, para que no se mueva nada en la estructura y la lógica de la cultura política autoritaria.

El sistema que sostiene el TSJE no garantiza igualdad de oportunidades, no ayuda a equilibrar la balanza para que todas las propuestas electorales, con o sin dinero, puedan llegar a la población. Aquí priman los aparatos electorales partidarios basados en prebendas, arreo y compra de votos. Aquí priman las mafias políticas con intereses creados en torno a sus negocios y no al bienestar de la población.

Todo el sistema está dado para que la gran mayoría de la población honesta y trabajadora, humilde, sufrida y diversa, no tenga representación.

Ahora bien. ¿Qué nos queda por hacer a quiénes no estamos de acuerdo con estas reglas del juego? ¿Qué hacemos con nuestra indignación, nuestra frustración, nuestra impotencia? Estamos cotidianamente siendo agredidos por sus campañas electorales abusivas y mentirosas, que dan nauseas y nos sacan las ganas de todo. Estamos cotidianamente siendo testigos de sus atropellos, su corrupción, su abuso de poder, su esquizofrenia política.

La clase política tradicional nos desmotiva a creer que otro país sea posible y ya todo nos sabe igual, a la misma porquería. 

Ante esto siento que lo único que nos queda es defendernos, expresándonos y movilizándonos. No podemos “picharnos” y quedarnos en casa. Eso es lo que ellos quieren, porque saben que hay una clase media pensante (ni oprimida ni opresora) que no se compra ni se vende, entonces apuestan a inmovilizarla.

La indiferencia es un premio para los corruptos, son ellos los que ganan cuando la gente no se interesa.

Mi postura es que a pesar de todo y más que nunca hay que participar, para hacer frente a este sistema, para dar un mensaje, para hacer un intento, para no quedarnos en la mera crítica, que finalmente no aporta si no se transforma en acción.

Es muy cómodo decir que no nos gusta nada, que nos da todo igual y qué la política es una mierda. ¿Pero estamos realmente informados? ¿Sabemos que hay más de 11.000 candidaturas en disputa? ¿Realmente ninguna de esas personas valen la pena? Y más allá de las personas y los colores, ¿conocemos las ideas que les mueven y las prácticas con las que llevan adelante sus propuestas?

No creo que la única opción que tenemos sea elegir entre dos mayorías. Yo creo que el desafío es restar poder a esas clásicas mayorías, para distribuir el poder entre más fuerzas políticas y equilibrar la balanza. El sistema mejora cuando tenemos más votantes calificados, y en la medida que participamos, la política mejora y tendremos mejores candidatos/as. 

En el padrón estamos más de 3.500.000 habilitados/as para votar, ¿cuántos votos podrán comprar o movilizar con prebendas los partidos tradicionales? Y ¿cuántos votos por fuera de sus aparatos seremos capaces de demostrar que somos?

Estoy convencida que la democracia paraguaya se profundiza y fortalece en la medida que se activa la conciencia crítica.

Cuando apoyamos a proyectos y personas que piensan y construyen otra sociedad posible, desde el poder público o fuera de el, nuestro voto es ÚTIL realmente, porque le damos lugar a esa otra forma de hacer política que en la cultura política retardataria y bipartidista no tiene cabida.

Mi voto no necesita ningún “incentivo” más que mi conciencia.

Yo voto por la condena a esa política deshumanizada y desconcientizada.

Yo voto por la condena a quiénes matan campesinos, expulsan a indígenas de sus tierras ancestrales, aprueban el uso de semillas transgénicas, promueven los monocultivos de soja, rechazan impuestos y deforestan de nuestros bosques nativos.

Yo voto por la condena a quiénes nos roban la posibilidad de imaginar un futuro.

Yo voto por la condena a los que compran votos, roban al Estado, destruyen procesos y que son incapaces de entender lo público como cosa de todos/as, no de un sector partidario.

Yo voto a favor de personas con ideas bien formuladas y argumentadas, que reivindican la política como herramienta para el bien común, y entienden lo público como espacio que debe garantizar derechos para todos/as y no como herramienta para hacer negocios y garantizar impunidades.

Yo voto a favor del diálogo abierto sobre los temas que esta sociedad se niega a reconocer como importantes, por quienes tienen la igualdad, la equidad, la inclusión y la justicia social como ejes de sus acciones.

Yo voto por la diversidad representada en todos los espacios de poder.

Yo voto por transformar no por conservar.

Yo ya quiero otro país.

¿Y vos?

Giovanna Guggiari