Paraguay, noticias agolpadas

07.08.2012 02:14

 

Crónica de Clyde Soto Badaui

 

Al gobierno de facto no le gusta la libertad de expresión. En un mes y medio ya lo han demostrado de varias maneras, pero tratan de hacerlo como quien no quiere la cosa. Al principio se metieron con la TV Pública, foco de la primera resistencia. Después acallaron una emisora de Pilar, pero dijeron que le había caído un rayo. Cuando esa versión era insostenible, arreglaron la emisora. Acto seguido, intentaron cortarle el programa a un periodista que criticaba al gobierno golpista, pero ante las protestas decidieron sólo acortarlo. Luego la emprendieron contra Radio Candela, de una organización feminista encarnacena: le mandaron una sospechosa inspección técnica después de un sonado escrache que le hicieron al presidente usurpador.


En la cueva de parlachorros hay preocupación por el repudio ciudadano y se elaboró un spot publicitario donde aparecen todos con coronitas de santos. Dicen que el Congreso está “unido gracias a la ciudadanía”… y es cierto. Las manifestaciones y el rechazo de la ciudadanía democrática les ayudaron a aglutinarse en torno a la defensa de sus privilegios. Pero más alarma les causa no tener dinero para sus operadores, y vuelven a la carga con un nuevo pedido de presupuesto público, porque si no lo obtienen tendrían que hacer política en serio, por sí mismos y con sus propios recursos.

Se acercan las elecciones de abril de 2013. Los partidos golpistas van cerrando filas, porque saben que el panorama no les será del todo fácil, mientras en los espacios democráticos hay un arduo debate sobre cómo y con quiénes oponerse al retorno a la prehistoria.